miércoles, 24 de septiembre de 2014

Clase de Pociones, Primer Curso (24/9/24)

Maurus Sallowblack
Profesor de Pociones. Licenciado en Química, montó su propio negocio en el Callejón Diagón, e impartió la asignatura de Química en Dewin Merlin. Metódico, perfeccionista, casi obsesivo con el orden, que cuida al detalle todo lo que toca. Es analítico, práctico y lógico, muy serio y con un gran sentido del deber, la responsabilidad y la ética.

Poción: Poción para la Cura de los Abscesos.

Tipo: Salud humana.

Utilizado para: Cura de forúnculos.

Historia y Origen: Desde siempre, los forúnculos o abscesos han sido un problema bastante frecuente, y molesto. Consisten en una leve hinchazón bajo la piel, producida por una infección bacteriana, que termina por abrirse y supurar, provocando finalmente la expulsión del folículo afectado.
Es por ello que, en el siglo XVI, el mago y alquimista Gerard Châtelier decidió inventar una solución para solventar los forúnculos. Es importante señalar que, de no seguir la elaboración de forma correcta, la poción provoca erupciones y quemaduras en la piel, leves en su principio pero que, si no reciben tratamiento, pueden llegar a provocar la defunción del mago, como le ocurrió a monsieur Châtelier en 1594.

Ingredientes:

  • Ortiga seca
  • 6 Colmillos de serpiente
  • 4 Cuernos de babosas
  • 2 Púas de puercoespín

Elaboración: Añádanse los colmillos de serpiente en el mortero, machacándolos hasta convertirlos en un polvo fino. Llénese el caldero hasta tres cuartas partes de su capacidad, vertiéndose en él cuatro medidas del polvo obtenido con anterioridad, y tres hojas de ortiga seca. Caliéntese a 250º Celsius, 482º Fahrenheit, durante diez segundos. Agítese entonces la varita con suavidad, pronunciando Cocus, y déjese reposar a fuego lento durante tres cuartos de hora.
Una vez transcurrido dicho tiempo, agrégense los cuernos de babosa. Muy importante: no añadan el siguiente ingrediente sin haber retirado el caldero del fuego. Una vez retirado, y sólo una vez que lo hayan hecho, echen las dos púas de puercoespín, y remuevan durante cinco minutos, siguiendo este orden: tres veces a las derecha, dos veces a la izquierda, pausa, y se repite.
Una vez revuelto, retírese el caldero del fuego y, varita en mano, dígase Ulcus sanatur.

Clase: Investigación acerca de las causas de aparición de los forúnculos (20 centímetros de pergamino).

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