Nombre: Paulus Caesar
FC: Peter Dinklage
Ocupación: Conserje de Hogwarts
Vive en: Cassita Nidum (Nido Alondra), una aldea mágica del norte de Escocia, durante las vacaciones escolares de Hogwarts
Fecha de Nacimiento: 2 de Junio de 1979
Patronus: Alondra
Boggart: La nieve
Varita: Nogal, núcleo de pluma de fénix, 23 centímetros, rígida
Mejor Habilidad: Magia no Verbal
Estatus de Sangre: Pura
Familia: Descendiente de duendes, por parte paterna. Hijo de un encantador de metales, y de una varitera
Situación Sentimental: Viudo
Estudió en: Hogwarts, casa Ravenclaw
Biografía: Paulus nace durante el verano del año 1979 en Cassita Nidum, una aldea mágica del norte de escocia, la cual recibe su nombre por las numerosas alondras que la habitan ya que es el único lugar de Escocia donde éstas habitan, siendo este dato desconocido en el mundo muggle, y conocida en todo el mundo mágico por la leyenda que se cuenta sobre ésta.
Cuentan que hace muchos, muchos años, un hombre llegó a la aldea, desprovista de vida, vegetación y agua... Allí, mientras vagaba perdido en aquél lugar, dicho hombre, se encontró en su camino con una Alondra. La siguió y ésta le llevó ante un pequeño nido en el suelo. La Alondra, estaba famélica, y el hombre compartió su comida y agua con el ave. Desde ese momento en el que dicho hombre alimentó al ave que, de no ser por él, habría muerto de hambre y sed, se cuenta que todo ser humano nacido en esta aldea, tendrá el don de entender a las aves, y hablar con ellas.
No se sabe si todos lo heredan o no, pero Paulus si lo heredó, puesto que tiene el don de entender el lenguaje de cualquier ave. Inteligente como pocos, a los 11 años, Paulus fue seleccionado para la casa Ravenclaw, tras llegar a Hogwarts. Allí sufrió de las burlas de algunos de los más intransigentes alumnos, pero Paulus nunca tomó en cuenta ninguno de éstos improperios, y siguió centrando su mente solo en sus estudios, el ajedrez, y ante todo la lectura, sobre todo aquella que enseñara algo que aprender.
Durante sus años escolares, destacó en Transformaciones, DCAO, y Herbología, y fue considerado como uno de los alumnos más brillantes de su década, siendo su mejor habilidad la magia no verbal, así como la labia con la que desde siempre ha hablado, siendo capaz de convencer hasta al más obstinado de los seres humanos. En Hogwarts, Paulus conoció a Mulier Pyrrhus, de la cual se enamoró y a la que años más tarde desposaría, tras finalizar (ambos) su etapa escolar en Hogwarts.
Paulus había decidido ocupar su vida en la lectura y el estudio de todo cuanto había aprendido. Pero había algo aún más importante en su vida: Mulier. Su amor por ella le hizo sentir cosas que nunca habría imaginado. Se sentía fuerte, hábil para cualquier desafío. Se sentía capaz de superar cualquier meta por difícil que fuera. Y más si la tenía a su lado y, juntos, luchaban por su amor.
Paulus burlaba a quiénes seguían burlándose de él. Muchos de ellos, ni siquiera se habían casado y Paulus presumía de una esposa envidiable. Era hermosa, gentil... Paseaba de su mano por las calles y él sentía que tenía todo a su alcance hasta que, un día, todo cuanto Paulus poseía le abandonó.
Uno de sus inviernos junto a su esposa en Nido Alondra cambió su vida para siempre. Ambos disfrutaban de las Navidades en su humilde morada. Paulus estaba muy orgulloso de pertenecer a ese lugar porque era algo diferente, mágico y que le hacía ser distinto, pues no todos los magos tienen el don de entender a las aves. A su esposa Mulier le bastaba con estar junto a él, verle con las aves en las manos y en el poyete de la ventana contándole cosas que solo él sabría. Era feliz. Eran felices.
Pero toda esa armonía se quebró en mil pedazos que romperían en añicos el lago helado una fría tarde de enero. Había nieve. Montones de nieve cubrían el suelo con su blanco manto y confundía árboles con casas en lontananza. Los copos dificultaban la visión y una fuerte tormenta se levantaba irrumpiendo en uno de sus paseos en lo que parecía una calmada tarde como todas las demás.
Volvían a casa cuando, Mulier, pisó un suelo que nunca debió pisar. Bajo la nieve en la que dejaban sus huellas, se abría el lago de la aldea. Un lago congelado que se quebró cuando la mujer tropezó con él en su camino. De la mano de su fiel esposo, Mulier fue engullida por el agua helada y él no pudo hacer nada por salvarla.
Desde entonces, la nieve se convirtió en el boggart de Paulus y los inviernos son para él tan temibles como la muerte. Solo... así se quedó en su hogar. Solo y triste. Se empezó a encerrar en su morada y su alegre carácter se tornó huraño.
Tan solo se sentía que adquirió una corneja negra como animal de compañía. Siempre va con él a todas partes y, como Paulus entiende a las aves, este animal le cuenta las pocas cosas que a él se le escapan.
Los años han pasado por Paulus convirtiéndole en alguien capaz de convencer a cualquiera solo con su palabra. A pesar de ser juzgado siempre por su tamaño y de haber recibido burlas, posee un fuerte caracter que le hace tener lo suficiente para ser el perfecto nuevo conserje de Hogwarts. Y a él recurrió McGonagall este mismo verano para su incorporación en el castillo al recordarle ella como uno de los alumnos más brillantes que Hogwarts ha tenido jamás.
Junto a su corneja, Paulus vigilará los pasillos de Hogwarts ayudándole este animal en su ronda y contándole todo lo que ocurre, pues lo avistará desde arriba.
FC: Peter Dinklage
Ocupación: Conserje de Hogwarts
Vive en: Cassita Nidum (Nido Alondra), una aldea mágica del norte de Escocia, durante las vacaciones escolares de Hogwarts
Fecha de Nacimiento: 2 de Junio de 1979
Patronus: Alondra
Boggart: La nieve
Varita: Nogal, núcleo de pluma de fénix, 23 centímetros, rígida
Mejor Habilidad: Magia no Verbal
Estatus de Sangre: Pura
Familia: Descendiente de duendes, por parte paterna. Hijo de un encantador de metales, y de una varitera
Situación Sentimental: Viudo
Estudió en: Hogwarts, casa Ravenclaw
Biografía: Paulus nace durante el verano del año 1979 en Cassita Nidum, una aldea mágica del norte de escocia, la cual recibe su nombre por las numerosas alondras que la habitan ya que es el único lugar de Escocia donde éstas habitan, siendo este dato desconocido en el mundo muggle, y conocida en todo el mundo mágico por la leyenda que se cuenta sobre ésta.
Cuentan que hace muchos, muchos años, un hombre llegó a la aldea, desprovista de vida, vegetación y agua... Allí, mientras vagaba perdido en aquél lugar, dicho hombre, se encontró en su camino con una Alondra. La siguió y ésta le llevó ante un pequeño nido en el suelo. La Alondra, estaba famélica, y el hombre compartió su comida y agua con el ave. Desde ese momento en el que dicho hombre alimentó al ave que, de no ser por él, habría muerto de hambre y sed, se cuenta que todo ser humano nacido en esta aldea, tendrá el don de entender a las aves, y hablar con ellas.
No se sabe si todos lo heredan o no, pero Paulus si lo heredó, puesto que tiene el don de entender el lenguaje de cualquier ave. Inteligente como pocos, a los 11 años, Paulus fue seleccionado para la casa Ravenclaw, tras llegar a Hogwarts. Allí sufrió de las burlas de algunos de los más intransigentes alumnos, pero Paulus nunca tomó en cuenta ninguno de éstos improperios, y siguió centrando su mente solo en sus estudios, el ajedrez, y ante todo la lectura, sobre todo aquella que enseñara algo que aprender.
Durante sus años escolares, destacó en Transformaciones, DCAO, y Herbología, y fue considerado como uno de los alumnos más brillantes de su década, siendo su mejor habilidad la magia no verbal, así como la labia con la que desde siempre ha hablado, siendo capaz de convencer hasta al más obstinado de los seres humanos. En Hogwarts, Paulus conoció a Mulier Pyrrhus, de la cual se enamoró y a la que años más tarde desposaría, tras finalizar (ambos) su etapa escolar en Hogwarts.
Paulus había decidido ocupar su vida en la lectura y el estudio de todo cuanto había aprendido. Pero había algo aún más importante en su vida: Mulier. Su amor por ella le hizo sentir cosas que nunca habría imaginado. Se sentía fuerte, hábil para cualquier desafío. Se sentía capaz de superar cualquier meta por difícil que fuera. Y más si la tenía a su lado y, juntos, luchaban por su amor.
Paulus burlaba a quiénes seguían burlándose de él. Muchos de ellos, ni siquiera se habían casado y Paulus presumía de una esposa envidiable. Era hermosa, gentil... Paseaba de su mano por las calles y él sentía que tenía todo a su alcance hasta que, un día, todo cuanto Paulus poseía le abandonó.
Uno de sus inviernos junto a su esposa en Nido Alondra cambió su vida para siempre. Ambos disfrutaban de las Navidades en su humilde morada. Paulus estaba muy orgulloso de pertenecer a ese lugar porque era algo diferente, mágico y que le hacía ser distinto, pues no todos los magos tienen el don de entender a las aves. A su esposa Mulier le bastaba con estar junto a él, verle con las aves en las manos y en el poyete de la ventana contándole cosas que solo él sabría. Era feliz. Eran felices.
Pero toda esa armonía se quebró en mil pedazos que romperían en añicos el lago helado una fría tarde de enero. Había nieve. Montones de nieve cubrían el suelo con su blanco manto y confundía árboles con casas en lontananza. Los copos dificultaban la visión y una fuerte tormenta se levantaba irrumpiendo en uno de sus paseos en lo que parecía una calmada tarde como todas las demás.
Volvían a casa cuando, Mulier, pisó un suelo que nunca debió pisar. Bajo la nieve en la que dejaban sus huellas, se abría el lago de la aldea. Un lago congelado que se quebró cuando la mujer tropezó con él en su camino. De la mano de su fiel esposo, Mulier fue engullida por el agua helada y él no pudo hacer nada por salvarla.
Desde entonces, la nieve se convirtió en el boggart de Paulus y los inviernos son para él tan temibles como la muerte. Solo... así se quedó en su hogar. Solo y triste. Se empezó a encerrar en su morada y su alegre carácter se tornó huraño.
Tan solo se sentía que adquirió una corneja negra como animal de compañía. Siempre va con él a todas partes y, como Paulus entiende a las aves, este animal le cuenta las pocas cosas que a él se le escapan.
Los años han pasado por Paulus convirtiéndole en alguien capaz de convencer a cualquiera solo con su palabra. A pesar de ser juzgado siempre por su tamaño y de haber recibido burlas, posee un fuerte caracter que le hace tener lo suficiente para ser el perfecto nuevo conserje de Hogwarts. Y a él recurrió McGonagall este mismo verano para su incorporación en el castillo al recordarle ella como uno de los alumnos más brillantes que Hogwarts ha tenido jamás.
Junto a su corneja, Paulus vigilará los pasillos de Hogwarts ayudándole este animal en su ronda y contándole todo lo que ocurre, pues lo avistará desde arriba.
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