lunes, 22 de septiembre de 2014

Clase de Pociones, Séptimo Curso (22/9/24)

Maurus Sallowblack
Profesor de Pociones. Licenciado en Química, montó su propio negocio en el Callejón Diagón, e impartió la asignatura de Química en Dewin Merlin. Metódico, perfeccionista, casi obsesivo con el orden, que cuida al detalle todo lo que toca. Es analítico, práctico y lógico, muy serio y con un gran sentido del deber, la responsabilidad y la ética.

Poción: Solución de Mandrágora.

Tipo: Salud humana; Contrahechizo.

Utilizado para: Devolver la movilidad a todo aquél que haya sido petrificado.

Historia y Origen: Existe constancia de petrificaciones desde la Edad Antigua, con los mitos griegos acerca de la gorgona Medusa. Mitos que, como suele ocurrir, tienen una base muy real, pues Medusa fue una bruja oscura del mundo helénico. Es por ello que, a lo largo de la historia, se buscó un remedio para reanimar a aquellos que habían sido petrificados. La solución llegó en el siglo X, de la mano del abad Rymans, quien emprendió un viaje hasta Grecia para probar su remedio con aquellos antiguos griegos que todavía permanecieran en la cueva de la gorgona, a modo de tétricas estatuas. Cabe señalar que, si bien efectiva en la mayoría de los casos, conforme aumenta el tiempo en estado petrificado, menor es la probabilidad de que la solución despetrifique. Prueba de ello son algunas de las estatuas que nos han llegado de aquella época.

Ingredientes:

  • Mandrágoras adultas
  • 3 ramitas de Descurainia Sophia
  • Jarabe de Eléboro
Elaboración: Una vez maduras las mandrágoras, en su etapa adulta, y habiéndose colocado unas orejeras, se hierven en el caldero dos ejemplares durante diez minutos a unos 180º Celsius, 356º Fahrenheit. Una vez pasado dicho tiempo, las mandrágoras deberían estar cocidas e inertes; de no ser así, déjense en el fuego un par de minutos más.
Se retira el caldero del fuego, sacando las mandrágoras, y se cortan en cubos de alrededor de dos centímetros de lado. Échense entonces en el mortero, y macháquense hasta obtener una papilla poco espesa. Viértase esa papilla en el caldero, y caliéntese a fuego lento. Mientras se deja reposar, córtese en trozos regulares la Descurainia Sophia. Pasados cinco minutos desde que se ha puesto el caldero a fuego lento, añádanse los trozos de Descurainia.
Tras media hora de reposo, se debe repetir la siguiente secuencia siete veces: remuévase en el sentido horario seis veces, agréguese una gota de jarabe de eléboro, y remuévase una vez en el sentido contrario a las agujas del reloj.
Una vez finalizado el proceso anterior, retírese el caldero del fuego. La solución se podrá tomar cuando esté fría.

Clase: Investigación extensa (un metro de pergamino) acerca de las causas por las cuales alguien o algo puede ser petrificado.

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